TRAYECTORIA
Por Víctor Zamora Rosales
PEÑA NIETO, ¿MONAGUILLO?
Malo el cuento, en México se reformó el artículo 24 constitucional. Con esto, los ministros religiosos podrán realizar su culto también en la calle, y no dude usted que pronto tendrán sus canales de TV y sus estaciones de radio, y además, dar catecismo en las escuelas públicas.
Al fin se realizó uno de los sueños dorados de la iglesia católica; lo que no pudieron realizar tras dos sexenios del PAN en el poder, paradójicamente lo hicieron gracias al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, pues como sabemos, el priísta prácticamente controla el Congreso.
Peña Nieto tal vez cedió a las pretensiones de la Jerarquía Católica a cambio de apoyo electoral para el 2012, o bien, lo hizo para reponerse de tanta pifia que ha cometido y que lo hacen ver como un supino ignorante, o a lo mejor porque, dicen, es miembro del Opus Dei.
Lo cierto es que, “haiga sido como haiga sido”, -dixit Felipe Calderón-, a los mexicanos nos esperan tiempos oscuros, de más fanatismo religioso. De por sí, se ha dado el caso que los jerarcas católicos han influido en algunas autoridades municipales… ¡para que prohíban las minifaldas y los besos en la vía pública!
Por eso digo, imagine usted lo que no sucederá teniendo a estos “hombres de Dios” metidos hasta la cocina.
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